Típico de las zonas mediterráneas, es un árbol muy vigoroso y de gran productividad. La peculiaridad de su fruto lo hace único. Este tiene una forma alargada y es de gran tamaño. Su piel es de color rojo violáceo, que se torna casi negra cuando está completamente madura. La pulpa es rosada, muy suave y rica en azúcar. Se puede disfrutar en pleno verano, durante la tercera decena de agosto, cuando alcanza la madurez.